Problemas a tratar
Tras realizar una evaluación optométrica completa, podemos encontrar distintos problemas visuales, entre los que hay que destacar:

Problemas refractivos:
- Miopía: Es el error refractivo que hace que no se vea bien de lejos. Su mejor tratamiento es la prevención, ya que una vez se desarrolla, es difícil de controlar.
- Hipermetropía: Es cuando es necesario hacer uso del enfoque para poder ver bien, lo que podría producir fatiga o visión borrosa, sobre todo en cerca.
- Astigmatismo: Es cuando tenemos visión borrosa tanto de lejos como de cerca, debido a una curvatura desigual de la córnea.
- Presbicia: Es cuando empezamos a ver borroso de cerca a partir de los 40 años.

Problemas oculomotores:
Los movimientos oculomotores se dividen en tres tipos:
- Fijación: Mantener la mirada sobre un objeto.
- Sacádicos: Cambiar la fijación de un punto a otro.
- Seguimientos: Mantener la mirada sobre un objeto en movimiento.
Estos movimientos bien coordinados son esenciales para tareas como leer, cambiar la mirada entre el libro y la pizarra, o seguir un balón en deportes. Si hay dificultades en estos movimientos, pueden surgir problemas en la lectura (lectura lenta, saltar palabras, dificultad en la comprensión), copia de la pizarra y en actividades deportivas de pelota.

Problemas acomodativos:
La acomodación es la capacidad de enfocar objetos a cualquier distancia de manera automática y sin esfuerzo. Esto permite cambiar el enfoque entre cerca y lejos sin dificultad, así como mantener el enfoque en tareas de cerca sin fatiga el tiempo necesario.
Cuando hay problemas de acomodación, puede haber visión borrosa, cansancio visual, falta de concentración, dolor de cabeza y dificultades en la lectura, entre otros síntomas.

Problemas binoculares no estrábicos:
El sistema visual está diseñado para que ambos ojos trabajen de manera coordinada, de forma que veamos una sola imagen. Si hay problemas en la coordinación de los ojos, esto puede generar síntomas como dolor de cabeza, fatiga visual, percepción de profundidad reducida, visión doble, mareos y baja comprensión lectora por el excesivo esfuerzo realizado.
Otros problemas visuales pueden ser:
Ambliopía
La ambliopía, también conocida como ojo vago, es una condición visual en la que, a pesar de no haber una patología ocular que lo justifique y de utilizar la mejor corrección óptica posible, no se alcanza una agudeza visual normal (del 100%) en uno o ambos ojos. La ambliopía es un trastorno visual del neurodesarrollo que surge de la experiencia binocular deficiente durante los períodos críticos de desarrollo.
La ambliopía se produce cuando el cerebro ignora la visión de un ojo debido a una diferencia notable en la calidad visual entre ambos. Esto puede ser causado por estrabismo, anisometropía, defectos refractivos no tratados o problemas de salud ocular, lo que clasifica la ambliopía en orgánica o funcional.
El ojo afectado tiene dificultades no solo en la agudeza visual (nitidez visual), sino también en otras habilidades visuales como motilidad ocular (movimiento de los ojos), acomodación (enfoque), visión binocular (trabajo conjunto de ambos ojos), y coordinación ojo-mano, así como reducción de la habilidad y velocidad de procesamiento de la información visual.
La tarea del optometrista es identificar la etiología causante de la ambliopía, así como las condiciones asociadas y tratarlo, siendo la terapia visual, la óptima corrección óptica y las penalizaciones selectivas las opciones de tratamiento más importantes. Siempre habiendo sido descartado antes, por el médico oftalmólogo, que no existe ninguna patología asociada a esta condición.
El pronóstico de éxito es favorable, especialmente con un diagnóstico y tratamiento temprano de la ambliopía. La investigación indica que no hay límite de edad para el tratamiento, ya que se trata de un desorden neurofuncional donde la competencia en el desarrollo de la función binocular es clave.
Existen actualmente nuevos enfoques de tratamiento , según la neurociencia va avanzando.
Estrabismo
El estrabismo es un problema de visión binocular en la cual uno de los ojos o los dos alternadamente se encuentran desviados.
Existen varios tipos de estrabismo:
- Horizontal: Hacia adentro (endotropia) o hacia afuera (exotropia).
- Vertical: Hacia arriba (hipertropia) o hacia abajo (hipotropia).
El estrabismo puede ser unilateral (siempre de mismo ojo), alternante (si alterna entre los ojos), constante (siempre está presente) o intermitente (no siempre ocurre).
Cuando un ojo está desviado, el cerebro puede suprimir la visión de ese ojo para evitar la visión doble, lo que puede causar ambliopía.
La coordinación de los ojos es un proceso cerebral, y sólo en algunos casos de estrabismo hay un problema muscular. Generalmente, el estrabismo se desarrolla por una dificultad en aprender a coordinar los ojos, y rara vez se presenta al nacer.
En estos casos, además de un problema estético, podemos encontrar muchas habilidades visuales tanto de eficacia visual como de percepción visual que se encuentran afectadas, influyendo en la calidad de vida del paciente. Por tanto, un programa de terapia visual puede ser una buena opción para lograr restaurar la función visual del paciente.
Daño Cerebral Adquirido
La lesión cerebral adquirida (LCA) se refiere al daño cerebral que ocurre después del nacimiento. La lesión cerebral adquirida puede tener diversas causas, como un trauma físico (por accidentes, caídas, deportes de contacto, etc.) o causas internas como derrames cerebrales, aneurismas, tumores, infecciones cerebrales, disfunción vestibular o problemas postquirúrgicos.
La lesión cerebral adquirida puede alterar significativamente cómo una persona procesa la información a nivel neurológico.
Las consecuencias de la LCA pueden afectar a diversas funciones, como el pensamiento, el comportamiento emocional, el habla y hasta problemas físicos, incluidos los relacionados con la función motora y el sistema visual.
Aproximadamente el 70% de las funciones cerebrales están implicadas en el procesamiento visual, por lo que cualquier daño en el cerebro puede repercutir en la visión, en aspectos como la agudeza visual, los movimientos oculares, el campo visual o la percepción visual.
Cómo afecta la LCA a la visión
Alteraciones del campo visual:
- Hemianopsia: Pérdida de la mitad del campo visual en uno o ambos ojos.
- Cuadrantanopsia: Pérdida de un cuarto del campo visual.
- Escotomas: Áreas pequeñas de pérdida de visión dentro del campo visual.
Problemas oculomotores y visión binocular:
- Estrabismo: Desalineación ocular debido a alteraciones en músculos o nervios oculares.
- Diplopía (visión doble): Causada por desalineación de los ojos o daño en las áreas de control motor.
- Nistagmo: movimientos oculares rápidos e involuntarios.
- Deficiencia en el seguimiento visual: Dificultad para seguir objetos en movimiento.
Alteraciones en la percepción visual:
Dificultades para interpretar correctamente la información visual que se recibe. Debemos destacar las siguientes condiciones:
- Agnosia visual: Incapacidad para reconocer objetos, rostros o colores, aunque la visión sea funcional.
- Negligencia visual (hemiinatención): Falta de percepción o atención a un lado del espacio (generalmente el izquierdo), común en lesiones del hemisferio derecho.
- Problemas visoespaciales: Dificultad para percibir la posición y relación entre objetos en el espacio.
Problemas de enfoque y acomodación:
- Dificultad para cambiar el enfoque entre objetos cercanos y lejanos, especialmente para mantenerlo un tiempo prolongado en cerca.
Fotosensibilidad:
- Sensibilidad excesiva a la luz, que puede causar incomodidad y dificultad para realizar actividades diarias.
Fatiga Visual:
- El esfuerzo adicional que requiere el cerebro para procesar información visual tras una lesión puede provocar cansancio, dolores de cabeza y dificultad para realizar tareas visuales prolongadas.
Algunos de los problemas visuales más comunes después de una LCA son:
- Visión borrosa de lejos.
- Visión borrosa al mirar de cerca.
- Cambio lento de enfoque de cerca a lejos o de lejos a cerca.
- Dificultad para copiar o tomar notas.
- Visión doble.
- Sensación de tirón o tirón alrededor de los ojos.
- Incapacidad para trabajar de cerca o leer durante períodos de tiempo.
- Pérdida de lugar durante la lectura.
- Los ojos se cansan al leer.
- Dolores de cabeza al leer.
- Cubrirse/cerrarse un ojo.
- Se distrae fácilmente al leer.
- Disminución de la capacidad de atención.
- Capacidad de concentración reducida.
- Dificultad para recordar lo leído.
- Pérdida de equilibrio.
- Giro de cara/cabeza o inclinación de cabeza.
- Molestia por el movimiento en el entorno y/o por entornos llenos de gente.
- Sensibilidad a la luz.
- Una sensación de que el suelo, el techo o las paredes se inclinan.
- Mareo.
- Una sensación de que la habitación gira.
- Una sensación de no sentirse bien en el suelo.
- Cambios posturales/desviaciones al caminar.
El impacto visual de una LCA puede ser significativo porque afecta a la forma en que el cerebro procesa la información visual, lo que puede tener un impacto directo en la vida cotidiana de la persona. La intervención temprana con un enfoque interdisciplinar, en el que debemos incluir una evaluación visual completa y rehabilitación visual, puede ser crucial para mejorar la calidad de vida de quienes han sufrido una lesión cerebral adquirida.