Entrevista con Carla Sánchez, óptico-optometrista.
¿Qué le impulsó a entrar en el mundo de la óptica-optometría?
Desde pequeña he visto en mi madre, también óptica-optometrista, la pasión que siente por la profesión y como desde la óptica ayuda a muchas personas. Por eso no dudé a la hora de matricularme en la Universidad y poder combinar la carrera de Farmacia con la de Óptica-Optometría.
¿Siempre tuvo interés esta disciplina o fue un interés integrado?
La verdad que siempre me ha interesado la Optometría, aunque el punto de inflexión fue en el último año de carrera cuando acompañé a mi madre a un congreso de Federópticos en el que participaron Marisol García Rubio, Pilar Vergara y el Dr. Sanet. En este congreso mi interés aumentó y empecé a ver el camino para empezar mi formación, tanto fue así que unos días más tarde fui a conocer el Centro de Optometría Internacional y sin pensármelo me matriculé en el máster clínico en Optometría y Terapia Visual, una de las mejores decisiones que he tomado. Formación que más tarde continuaría con el curso de Alta Especialización en optometría comportamental y terapia visual, impartido por el Dr. Sanet.
Usted es socia de SIODEC, ¿En qué aspecto su pertenencia a la asociación le ha ayudado en su desarrollo como especialista en salud visual?
Estar asociado a SIODEC te permite conocer ópticos-optometristas que hacen terapia visual en España y en el resto del mundo. Te da la posibilidad de conectar y conocer otros profesionales con los que poder realizar un trabajo en equipo para el beneficio del paciente.
Tengo entendido que hace poco ha alcanzado conclusiones en su estudio comparativo de diferentes métodos de terapia visual en el que estaba investigando, primero, ¿Qué métodos principales ha comparado?
Hemos realizado un estudio clínico aleatorizado con doble ciego y grupo control, en el que se comparaban, solas o en combinación, terapia visual de acomodación-vergencia y fototerapia optométrica frente al grupo control.
¿Qué las diferencia entre ellas?
La principal diferencia que encontramos es que los grupos que realizaron cualquiera de las terapias mejoraron más que el grupo control.
¿Cuál fue el mayor reto con el que se encontró durante el proceso de investigación?
La investigación en general es una labor compleja que requiere mucho esfuerzo, dedicación y colaboración. Siempre que un investigador inicia la realización de un estudio clínico, se encuentra con la dificultad de reclutar a los sujetos participantes, y este fue uno de nuestros grandes retos.
¿Cree que las conclusiones de su estudio tendrán un impacto positivo en la optometría como disciplina?
Pienso que los resultados alcanzados pueden considerarse un punto de inicio que invite a realizar más investigaciones y publicarlas, para así poder encontrar el mejor tratamiento a cada paciente.