El trabajo del optometrista es un proceso creativo, imaginativo, en el que guiamos a los pacientes para que adquieran habilidades visuales que ningún otro profesional puede enseñar

El trabajo del optometrista es un proceso creativo, imaginativo, en el que guiamos a los pacientes para que adquieran habilidades visuales que ningún otro profesional puede enseñar

Entrevista con Bernat Sunyer, óptico-optometrista.

¿Qué le impulsó a desarrollarse en el mundo de la optometría?

Siempre he tenido un interés muy grande por la neurología y cómo funciona nuestro cerebro, así que tenía claro que quería dedicarme a algo relacionado. Entré en la carrera de optometría por casualidad, mi objetivo era entrar en biomedicina y dedicarme a la investigación, ya que estuve unos meses haciendo prácticas en un instituto de investigación neurológica en Barcelona y fue una gran experiencia. Por diferentes circunstancias, al final me matriculé en Óptica y Optometría con la idea de cursar un año y más tarde pasar a biomedicina. Sin embargo, durante el primer año me di cuenta que la Optometría estudia la visión, y estando ésta relacionada con los procesos cerebrales, seguir en la carrera de Optometría me permitiría estudiar y trabajar sobre el cerebro. Y así ha sido en mis estudios y trabajos posteriores. 

¿Qué es lo que más valora del trabajo del optometrista?

Que es un proceso creativo, imaginativo, en el que guiamos a los pacientes para que adquieran habilidades visuales que ningún otro profesional puede enseñar. Y que, para ello, no son necesarios aparatos sofisticados, ya que tenemos a nuestra disposición la más alta tecnología que existe: el sistema visual de nuestros pacientes, una herramienta capaz de simular, crear, adaptarse, anticipar…

¿En la actualidad cuáles son las causas más comunes del estrabismo?

El estrabismo no es una enfermedad en sí misma, la desviación ocular es la consecuencia de un problema subyacente. Las causas del estrabismo son muchas, muy variadas y a menudo desconocidas. 

El estrabismo puede ser causado por malformaciones craneales o de la órbita, problemas en los músculos extraoculares (distrofias musculares, miopatías genéticas, miastenia grave, etc.), alteraciones del tejido conectivo, una mala inervación de los músculos extraoculares, y enfermedades vasculares como la Diabetes Mellitus. Pero estos ejemplos son una minoría, en la mayoría de casos de estrabismo no hay alteraciones relevantes en la órbita ni en el ojo, y se sospecha que la causa reside en el cerebro. En la mayoría de casos las causas de la desviación son desconocidas, aunque hay múltiples hipótesis de alteraciones neurológicas que resultan en estrabismo: desarrollo anormal de las vías visuales, defectos en conexiones corticales intra- e inter-hemisféricas, problemas en la percepción visual, propiocepción, actividad neuronal anormal en el cerebelo, los colículos superiores o el sistema vestibular, etc.

¿Qué enfoques de tratamiento del estrabismo son los más comúnmente utilizados?

La prescripción de lentes (gafas o lentes de contacto) y prismas, la terapia visual, tratamientos de oclusión “parche”, inyecciones de toxina botulínica y la cirugía de los músculos extraoculares.

¿Con cuál tiene usted más afinidad a la hora de tratar un caso de estrabismo?

Con los métodos que tenemos a disposición los optometristas, en concreto la prescripción de lentes y prismas y la terapia visual.

En su experiencia tratando estrabismos, ¿Cree que el desarrollo de la terapia visual puede aportar beneficios a los pacientes?

Sin duda. No en todos los casos de estrabismo, ya que la desviación ocular puede ser consecuencia de motivos muy dispares, y no todos se pueden beneficiar de terapia visual, pero sí en la gran mayoría. Incluso en los casos en que con terapia visual no se consiga un 100% de éxito, ésta puede ser beneficiosa como tratamiento complementario, ya que permite al paciente ganar consciencia y control sobre su sistema visual/oculomotor. 

En el congreso presentará los resultados de su trabajo de doctorado sobre las causas y la etiología del estrabismo y cómo tratarlo, ¿Nos puede dar un adelanto de las conclusiones a las que ha llegado?

Que el estrabismo no es una única enfermedad sino el síntoma de un problema subyacente. Que en los tipos de estrabismo más comunes no hay alteración relevante del ojo, la órbita, los músculos extraoculares y su inervación; y que, en estos casos, aunque las causas son desconocidas, se sospecha que tienen origen en el cerebro. Y, sin embargo, en la mayoría de los estudios científicos donde se evalúa la eficacia de la cirugía de estrabismos, no se tienen en cuenta las posibles causas ni la implicación del CNS en la etiología. 

¿Qué le ha aportado su pertenencia como socio de SIODEC a su desarrollo como especialista en salud visual?

Me ha permitido y me permite conocer un mundo de la optometría y las ciencias de visión diferente al aprendido en la universidad. Y más importante aún, pertenecer a SIODEC me permite estar en contacto con una red de profesionales curiosos, implicados y generosos.

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