Elisa Aribau es toda una eminencia dentro de la Optometría Comportamental. Cuenta con una dilatada trayectoria profesional, que dio comienzo con sus estudios de Óptica y Optometría en Terrasa y continuó con sus formaciones y estancias en Estados Unidos. Su recorrido clínico le ha llevado de ser cofundadora del Centro de Optometría ‘Visió 3’ de Barcelona, desde 1995 hasta 2013, a ejercer en la actualidad su actividad como directora del Centre de Teràpia Visual Elisa Aribau, también ubicado en la ciudad condal, así como en el municipio barcelonés de Igualada. Incluso saca tiempo para colaborar con la Fundación APALCE y con la Fundación COI.
Su incansable trabajo le ha llevado a ser coautora del libro ‘Desarrollo neurofuncional del niño y sus trastornos. Visión, aprendizaje y otras funciones cognitivas‘ junto con el doctor Jorge Ferré, con el que, además, creó en 2012 el Aula de Formación Aribau-Ferré, antesala del actual Aula de Formación. Ha impartido numerosos cursos, seminarios y conferencias sobre aprendizaje, terapia visual y optometría. Además, es miembro de la Sociedad Española de Optometría y de la American Optometric Association desde los años 80 y 90, respectivamente.
Elisa es socia fundadora de SIODEC, desde su creación en 2008. Es más, ha sido presidenta durante 4 años, los que discurrieron de 2010 a 2014, y ha dirigido todos los Congresos que se han celebrado hasta la fecha: desde el primero en noviembre de 2008 en Montserrat (Barcelona) hasta los siguientes celebrados en los meses de mayo de 2010 en Mallorca, 2012 en Sevilla, 2014 en Gijón y el reciente organizado en Toledo, consiguiendo atraer cada vez más asistentes en cada edición hasta lograr consolidar este encuentro como observatorio de la Optometría Comportamental en España.
Debido a su vasto currículum y a su extraordinaria experiencia y conocimiento, durante la Cena de Gala del pasado Congreso de Toledo, Elisa Aribau fue galardonada con el premio ‘Robert y Linda Sanet’, el mayor reconocimiento clínico recibido por los propios compañeros y compañeras por la contribución al desarrollo de la Optometría Comportamental. En esta entrevista nos cuenta su percepción sobre el V Congreso así como su valoración sobre SIODEC y su visión a largo plazo sobre esta rama de la Optometría.
1. ¿Cómo definirías el V Congreso de SIODEC de Toledo?
Creo que ha sido un Congreso de alto nivel y que, además, ha servido para certificar la consolidación de SIODEC como entidad profesional que agrupa a los optometristas que basan su trabajo en la neurociencia y la terapia visual. En Gijón se hizo el primer paso, pero el de Toledo ha sido un congreso de consolidación de este proyecto colectivo que es SIODEC.
2. ¿Qué conclusiones generales sacas de este V Congreso de SIODEC?
Desde el punto de vista científico o académico, queda claro que tenemos mucho que aprender y que hay que profundizar en la línea del trabajo interdisciplinar, codo con codo con otros profesionales que trabajan de forma prioritaria el desarrollo infantil. Creo que el Congreso ha abierto numerosas puertas a muchos de los asistentes, especialmente a los más jóvenes, que han visto que la optometría es una pieza básica y necesaria, pero no la única, y que los optometristas debemos trabajar bajo esta premisa.
3. ¿Hay algún aspecto en especial que destaques por encima del resto?
Me quedo con el nivel general del Congreso, que creo que ha sido el mejor de la historia de SIODEC. Los cursos y las conferencias han tenido un alto nivel. Creo que el Congreso ha dado las herramientas para poder afirmar que los optometristas asistentes son mejores profesionales desde el Congreso de SIODEC.
4. ¿Cuál crees que ha sido el punto diferenciador respecto a los anteriores Congresos de SIODEC?
Hemos sido capaces de mantener y crecer en profesionalidad en la organización del Congreso desde el que celebramos en Gijón, que ya fue un importante punto de inflexión en muchos aspectos, entre los que destacaría la presencia internacional entre los congresistas. Un Congreso es, además de una serie de conferencias y ponencias, un lugar de intercambio de ideas y métodos de trabajo. En este sentido, la presencia de optometristas de otros países enriquece mucho y hace que valga más la pena asistir al evento.
5. ¿Mejorarías algo para el próximo de Granada en marzo de 2019?
El nivel de Toledo ha sido alto y para Granada hay que perseverar en mantener el modelo de Congreso que hemos conseguido consolidar. Tenemos la base, y hace falta ambición para mantenerla y mejorarla, tanto desde el punto de vista del contenido como las formas del Congreso. Es decir, hay que continuar buscando los ponentes internacionales que más nos pueden aportar y hay que mantener la buena relación con otras asociaciones para conseguir que crean interesante asistir al Congreso de SIODEC. La clave del Congreso es que sea útil para el asistente, que le sirva para aprender, para cuestionar su trabajo diario al conocer cómo se trabaja en otros lugares, y esto creo que lo hemos conseguido.
6. A nivel más clínico o especializado, ¿qué temática o materia del Congreso subrayarías como clave para la correcta evolución de la Terapia Visual y la Optometría Comportamental?
Se me hace difícil subrayar un aspecto concreto, y lo que yo pueda destacar puede no coincidir con lo que destaque cualquier otro asistente, porque podemos no tener los mismos intereses u objetivos profesionales. Me pareció muy interesante la experiencia con niños autistas de Susan Daniel, y estoy muy satisfecha de cómo se recibió la ponencia del doctor Jordi Catalán, que era una clara apuesta por la intervención de la optometría en casos de niños con TDAH. Pero, en general, tengo la impresión que fue un Congreso muy interesante por su contenido.
7. En la Cena de Gala del Congreso fuiste galardonada con el premio ‘Robert y Linda Sanet’, el mayor reconocimiento clínico recibido por los propios compañeros y compañeras por la contribución al desarrollo de la Optometría Comportamental. ¿Qué sensación te produjo recibir este gran reconocimiento?
Al ser una sorpresa, en aquel momento se concentraron muchas emociones. Tras tantos años vinculada a la dirección de SIODEC y a la organización del Congreso, iba a Toledo consciente de que se acababa una etapa de la que estoy muy orgullosa, pero lo del premio fue muy fuerte, por lo que supone que tus compañeros reconozcan el trabajo hecho. En los días posteriores he reflexionado mucho sobre mi papel en SIODEC y me venían a la mente únicamente los buenos momentos. Los no tan buenos se olvidan más fácilmente, y el premio lo que me produce es un profundo sentimiento de gratitud hacia mis compañeros, con los que he compartido horas de reuniones, éxitos, problemas… Ha sido una de las mejores etapas de mi vida profesional.
8. ¿Cuáles crees que son los siguientes pasos que tiene que dar SIODEC para seguir avanzando?
Subscribo plenamente la declaración de intenciones que expresaron Gloria Hermida y sus compañeros de la nueva Junta Directiva de SIODEC: formación, el reconocimiento profesional que supone la introducción del fellow, internacionalización, investigación… Es un planteamiento muy ambicioso, pero estoy segura que conseguirán que avancemos en estos objetivos. En este sentido, creo necesario hacer un llamamiento al conjunto de socios de SIODEC: la Junta debe liderar el camino, pero se necesitará la colaboración de todos. Cada socio debería encontrar la manera de poder colaborar en estos objetivos.
9. ¿Dónde situarías a SIODEC a largo plazo?
SIODEC ya es el referente nacional cuando se habla de Optometría Comportamental y Terapia Visual, y hay que trabajar para mantener este carácter de referente y ampliarlo todavía más a escala internacional. Si SIODEC gana prestigio, todos los profesionales ganamos prestigio. Y ganarlo pasa por trabajar en los objetivos planteados por la Junta en la Asamblea de Toledo: formación, internacionalización, investigación.
10. ¿Y a la Optometría Comportamental y la Terapia Visual en España?
Aunque hemos avanzado mucho, todavía falta reconocimiento social de nuestro trabajo. Todavía hay demasiada gente y demasiados colectivos que no conocen la utilidad de nuestro trabajo. En la medida que seamos capaces de corregir esta anomalía, la Optometría Comportamental y al Terapia Visual tendrá un futuro mejor. Y cuando hablo de reconocimiento social, lo hago tanto desde el punto de vista del público en general como desde el de nuestros compañeros optometristas. Insisto que tengo la sensación que hemos mejorado mucho, pero cualquier esfuerzo que hagamos en este sentido contribuirá a mejorar el futuro de nuestra profesión.